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Si tu silla cojea en una entrevista de trabajo, no es casualidad: Están evaluando algo más que tu currículum

La prueba revela la personalidad del candidato y su actitud al afrontar problemas
El test de la silla:
Si te han convocado para una entrevista de trabajo es porque, muy probablemente, ya cumples con las exigencias técnicas y de conocimientos que requiere el puesto. De hecho, eso es algo que los reclutadores son capaces de hacer en menos de seis segundos, siempre que tu currículum esté organizado de la forma correcta para dar más visibilidad a lo que realmente importa.
Las entrevistas de trabajo están diseñadas para que la persona encargada de contratarte se haga una idea de tu personalidad y de tus valores. Para ello a menudo recurren a preguntas comprometidas o incluso a pequeñas «trampas» como el «test de la silla». Una estrategia diseñada para revelar si el candidato afronta los problemas o simplemente se adapta a ellos.
Una silla que cojea:
Este test consiste en desarrollar una entrevista de trabajo al uso, pero con la peculiaridad de que la silla en la que se sentará el candidato tiene una pata algo más corta, por lo que el entrevistado se estará tambaleando e incómodo durante toda la entrevista.
Los reclutadores están empezando a echar de menos algo en las entrevistas de trabajo: la falta de compromiso con el puesto.
La clave está en que, justo al lado del candidato, habrá una segunda silla en perfectas condiciones. Lo que básicamente quiere saber el entrevistador es si el candidato aguantará en la silla coja durante toda la entrevista, adaptándose al problema sobre el que está sentado, o pedirá cambiar la silla por la que tiene al lado. Si elige la segunda alternativa, además, se tendrá en cuenta la forma en la que lo pide.
Si el candidato continúa la entrevista sin quejarse y tolerando la incomodidad, significa que tiene una gran capacidad de concentración y prioriza bien sus objetivos. Pese a la incomodidad del entorno, consigue mantener la compostura y seguir adelante con la entrevista contra viento y marea.
Si el candidato pide cambiar de silla, estará demostrando iniciativa para mejorar la situación y proactividad para hacer que cambie, deteniendo la entrevista para hacer el cambio de la silla.
Además, al tomar la iniciativa y cambiar la silla, también estará demostrando valentía y seguridad en sí mismo a la hora de afrontar retos en situaciones delicadas.
También es importante la forma en la que el candidato detiene la entrevista para hacer el cambio de silla. Si lo hace de forma natural pero decidida o si pide permiso educadamente para cambiarla.
Existe una tercera opción que no es la mejor valorada por los entrevistadores: hacer comentarios sobre que la silla cojea, pero mantenerse en ella. Esa opción denota una actitud pasiva del candidato frente a los problemas, desviando el objetivo prioritario (la entrevista) a su terreno personal (la silla).
Lo peor de esta reacción es que revela todo eso, y destaca que el candidato señala el problema sin tomar una sola iniciativa por cambiar la situación, ya que no ha contemplado la opción de cambiar de silla y permanecerá centrado en su propia incomodidad.
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