A los expertos les preocupa el gran número de horas que pasan los menores de edad en sus teléfonos y computadoras o tabletas. En muchos lugares del mundo se han propuesto o aprobado leyes para prohibir los teléfonos en las escuelas.
Los padres suelen cuestionar estas políticas porque quieren poder contactar con sus hijos en caso de emergencia. Sin embargo, las investigaciones sugieren que no sólo es una buena idea que los menores guarden sus teléfonos mientras están en clase, sino que no deberían llevarlos a la escuela en absoluto.
La preocupación de algunos expertos es que estos dispositivos, si se utilizan de determinadas maneras, podrían estar cambiando el cerebro de los niños «para peor«.
Según los especialistas, «afectando potencialmente su atención, control motor, habilidades lingüísticas y vista, especialmente en los menores de cinco años, en quienes se está produciendo una gran parte del desarrollo cerebral».
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) ha recomendado que los niños menores de dos años no pasen absolutamente nada de tiempo frente a una pantalla y que los mayores no pasen más de dos horas diarias.
La mayoría de los expertos en desarrollo infantil coinciden en que, si bien el tiempo pasivo frente a una pantalla (como poner a su hijo frente a un dispositivo para ver una maratón de Peppa Pig ) puede ser entretenido, no va a proporcionar una experiencia de aprendizaje enriquecedora.
En este caso, no importa si lo ven en la televisión o en una tableta: la experiencia es, en líneas generales, la misma. Tener un video o la televisión encendida cuando un niño está haciendo otra cosa puede distraerlo del juego y el aprendizaje, lo que afecta negativamente su desarrollo.
También se ha descubierto que pasar horas frente a la televisión reduce la interacción entre padres e hijos, lo que tiene un impacto negativo en el desarrollo del lenguaje.
Este desplazamiento es un gran problema: Si los niños se quedan con niñeras que se encuentran frente a una pantalla, no interactúan con sus cuidadores ni con el mundo físico.
Los niños menores de tres años, en particular, necesitan un equilibrio de actividades que incluyan juegos instruidos, explorar el entorno natural, manipular juguetes físicos y socializar con otros niños y adultos.
El aumento del uso de pantallas significa que habrá menos de todas estas cosas, lo que perjudica al desarrollo de la inteligencia de los niños.